Los reflejos primitivos son actos motores que permiten inicialmente la supervivencia del bebé. Están dirigidos por el tallo cerebral, no por la corteza. Se eliminan entre los 6-12 meses dando paso a los reflejos posturales y si persisten indican una inmadurez en el desarrollo del sistema nervioso central.
Los reflejos primitivos son una actividad motora involuntaria que es activada por estímulos que vienen directamente de receptores sensoriales.
Los reflejos activan a nivel del sistema nervioso, la médula espinal y el tronco encéfalo, son por lo tanto respuestas primarias.
Cuando los testamos queremos saber si:
• El niño tiene las herramientas necesarias para procesar la información.
• Está correctamente organizado.
• Tiene una hipersensibilidad o una hiposensibilidad.
Si los reflejos primitivos no se integran, pueden impedir la maduración del comportamiento o hacer que la actividad de niveles inferiores siga prevaleciendo a pesar de la adquisición de habilidades posteriores.
¿Por qué los evaluamos?:
Porque necesitamos conocer el desarrollo motor y la integración con el resto de los sistemas sensoriales, para determinar si esta relación interfiere en un correcto desarrollo.
La visión tiene una base sensorio-motora.